Todos en el castillo bailan y deambulan por los aposentos, excepto por el negro, en el que se encuentra un reloj de ébano que a cada hora interrumpe la fiesta con su lúgubre sonido, provocando entre los invitados una sensación de terror inexplicable.
ES IMPORTANTE: Porque, el reloj, deja de funcionar cuando se extingue la vida del último participante a los festejos en el castillo, del príncipe Próspero.
Este reloj representa el destino inexorable, el paso de la vida, el tiempo que se escapa. A cada campanada del reloj, todos los asistentes de la fiesta tiemblan de terror, una extraña sensación los invade durante unos pequeños minutos. Se congelaban al escuchar nuevamente el sonido del carillón del reloj, pero en cuanto las campanadas cesaban, volvían a la fiesta y a su felicidad, para volver más tarde a sentir escalofríos con la nueva hora, como que si el destino los persiguiera.
Al acercarse la medianoche el príncipe se siente gravemente insultado, por la presencia de un desconocido amortajado y con una máscara roja que personifica una víctima de la Muerte Roja. Próspero exhorta al extraño que se identifique y en una persecución a través de los diferentes recintos del castillo se enfrentan en el salón negro, el príncipe cae muerto, en el momento que el reloj de ébano marca la medianoche. A partir de ese momento, todos los ocupantes del castillo mueren uno a uno a causa de la Muerte Roja, mientras: “…la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres”.
