La Señora María Laura trabajaba como representante de apoyo a clientes para el Grupo Carsa, una pequeña compañía de software (Palo Alto, California). La despidieron a finales de 2018. A principios de 2019, Grupo Carsa descubrió que alguien estaba entrando a sus computadoras en la noche por medio de un módem y que había alterado y copiado archivos. Durante la investigación, la policía rastreó las llamadas a la casa de la Sra. María y encontró ahí copias de información privada valuada en varios millones de dólares. Es interesante señalar que el código de acceso de la señora María fue cancelado el día que la despidieron. Sin embargo, la compañía sospecha que la señora María obtuvo el código de acceso por otro empleado.